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METALES Y MINERALES DE OTROS MUNDOS

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METALES Y MINERALES DE OTROS MUNDOS

Es difícil rastrear los restos que existen en la Tierra de metales supuestamente procedentes de otros ámbitos no terrestres o cuya composición química no está determinada por los científicos. Y es difícil porque hay pocos y además están teñidos de leyendas. Pero, por sorprendente que parezca, quedan algunos testimonios materiales que a veces nos dejan perplejos, tanto si nos remitimos a épocas pretéritas como a las actuales. Y no hablamos de la “piedra de Marte” de Alberto Sanmartin que encontró en 1954 en la Ciudad Universitaria de Madrid y que el diario El Alcázar tituló como: “Los marcianos han colocado su primera piedra en Madrid”. Hay materiales, minerales, sustancias y metales de los que se han hecho estudios y cuyos informes determinan que algo raro hay en su estructura interna.

 
 

 

“La piedra de Marte”.

El oricalco atlante

El oricalco atlante es uno de esos metales. Lo malo es que no nos quedan muestras. La más completa referencia a la Atlántida que existe en la antigüedad aparece recogida en los Diálogos de Timeo y Critias de Platón, bajo la forma de una serie de acontecimientos comunicados al ateniense Solón por los sacerdotes griegos de Sais. En el segundo Diálogo, llamado Critias o La Atlántida, se hace una alusión a un material que hoy ha desaparecido totalmente, el oricalco, del que podemos sacar dos conclusiones: que no era oro y que tan sólo se extraía de aquella mítica isla. Se lee textualmente en el Critias que: Era extraído de la tierra en diversos lugares de la isla; era, luego del oro, el más precioso de los metales que existían en aquel tiempo.

Todas las obras de la legendaria Atlántida (puentes, palacios, monedas) se construían con materiales exclusivos procedentes de la isla. Se usaba principalmente piedras de color blanco, negro y rojo. Recubrieron de estaño fundido el recinto interior del muro y el que rodeaba a la misma Acrópolis: lo cubrieron de oricalco, que tenía reflejos de fuego. El interior del santuario mismo de Poseidón estaba cubierto de marfil y adornado en todas partes de oro, plata y de ese extraño metal. “Todo lo demás, los muros, las columnas y el pavimento, lo adornaron con oricalco”.

 
 

 

Orichalcum: El metal más valioso para los Atlantes

¿Se ha encontrado alguna pieza con este material? Si hemos de creer al increíble Paul Schliemann, nieto del descubridor de Troya, su abuelo encontró auténticas piezas de oricalco a las que sometió a un examen químico y microscópico él mismo. Escribió un artículo titulado “Cómo descubrí la Atlántida, fuente de toda civilización” en el que describe objetos presuntamente heredados del abuelo, como un ánfora con cabeza de búho,  algunos documentos y monedas cuadradas de oricalco. El metal desconocido estaba compuesto de platino, aluminio y cobre, aleación que no se encuentra entre los vestigios del pasado. Ni que decir tiene que el ánfora y las monedas nunca fueron mostradas a los arqueólogos ni al público. Todo un listillo.

Pero hay un caso más actual y con la misma verosimilitud del anterior. Robert Charroux es quien nos cuenta, en El libro de los dueños del mundo (1967), que conoció a un arqueólogo -Christos Mavrothalassitis- el cual le confesó haber encontrado monedas oricálquicas en la isla de Djerba, en Túnez, en 1947. Descubrió unas tumbas con objetos de alfarería y “monedas blancas de metal desconocido” que, según él, pertenecían a una necrópolis atlante en Tripolitania. Estas piezas inoxidables y únicas, constituyen auténticos documentos históricos grabados que, según Mavrothalassitis, representaban escenas de la vida de los atlantes. En ellas aparecen imágenes de caballos, bridas y… ¡artefactos idénticos a nuestros cohetes espaciales! Demasiado bonito para ser real. En la actualidad dice que se encuentran custodiadas en un Banco de Marsella. A saber.

Moneda hecha del presunto metal Oricalco

Piedras que emiten luz

En relación con esta mineralogía desconocida hay que situar también las piedras que, según la tradición y algunos exploradores, dicen haber visto emitiendo una intensa luz perenne. En el viaje que hizo Apolonio de Tiana por la región transhimaláyica en el siglo I d.C., tanto él como su guía Damis pudieron admirar pozos que proyectaban rayos de una brillante luz azulada, así como las piedras fosforescentes que irradiaban tal claridad “que la noche se trocaba día”. Piedras similares, consideradas como milagrosas y procedentes de otros mundos, fueron vistas en el Tibet por el padre Huc en el siglo XIX y descritas en sus Recuerdos de un viaje por la China.

El griego Luciano (120-180 d.C.) menciona maravillas admiradas por él en el curso de un viaje a Hierápolis, en la Siria septentrional. Allí le mostraron una alhaja engarzada en una cabeza de oro de la diosa Hera de la cual “emanaba una gran luz” y tan impresionado debió quedar que, no sin cierta exageración, escribió: “el templo resplandecía como si hubiese estado iluminado por una miríada de cirios”. Aunque insistió, los sacerdotes se negaron a revelarle el secreto de este prodigio.

Los misterios del templo de Hadad o de Júpiter en Baabelk están ligados a estas misteriosas piedras luminosas. La existencia de tales materiales que proporcionaban, en la antigüedad, la luz en las horas nocturnas no puede ser puesta en duda por haber sido descritas por numerosos autores clásicos. Posiblemente estarían relacionadas con las míticas “lámparas perpetuas” que iluminaban diversos templos egipcios, tibetanos y romanos durante años sin consumirse.

Los habitantes de las islas de Torres Strait (Vanuatu, Nuevas Hébridas), en el Océano Pacífico, se decían poseedores de los buia, o sea, de piedras redondas que proyectaban una luz penetrante de la que brotaba una luminosidad azul verdosa que no dejaba de asombrar a los conquistadores blancos.  Ahora bien, para sorprendente lo relatado por los comerciantes de Nueva Guinea que descubrieron a mediados del siglo XX un valle en la selva, próximo al monte Wilhelmina, poblado por mujeres amazonas. Con gran sorpresa vieron unas grandes piedras redondas, con un diámetro de 3,5 metros, puestas sobre columnas que radiaban una luz semejante a la del neón.

Chintamani

He hecho referencia a Apolonio y su viaje al extremo oriente, aunque no tenemos que remontarnos a tan lejanas fechas para encontrar experiencias similares, incluso en el siglo XX. Cuando Nicolás Roerich viajó hasta el Tibet también él vio resplandores y columnas de luz en plena noche. Al preguntar qué era aquello, algunos lamas le respondieron que se trataba de los “rayos luminosos que emite la Torre de Shambhala” y le dijeron que procedían de una piedra colocada en la torre que brillaba como el diamante. En sánscrito lleva el nombre de Chintamani.

En el Tibet creen que durante el reinado de Tho-tho ri, en el 331 d.C., cayó de los cielos un cofre en el que había cuatro objetos sagrados, entre ellos esta prodigiosa piedra. Le aseguraron a Roerich que la materia de la que está compuesta proviene de otro planeta, uno de los que orbitan en la constelación de Can Mayor, probablemente de la estrella Sirio. La mayor parte de la piedra se conservaría en la Torre de Shambala, mientras que pequeños fragmentos de la misma han sido repartidos a ciertos puntos del planeta. La tradición oculta de Asia nos dice que muchos reyes y jefes poseyeron esta piedra mágica en épocas históricas: Tazlavu, emperador de la Atlántida, Akbar, en la India, y Salomón, en Judea, son citados en la lista de los poseedores temporales de tan excepcional pedrusco.

El cetro que cayó de los cielos

A veces hay que fijarse en determinados símbolos de la tradición religiosa porque su historia encierra un enigma. Los libros budistas del Tibet explican que uno de sus símbolos más queridos y emblemáticos, el Dordie o Dorje (el “bastón o varita del porvenir”), cayó milagrosamente del cielo en Lhassa, cerca del monasterio de Sera. Este cetro, de apariencia metálica, se halla bajo la custodia del Dalai Lama, que tiene el título de “Portador Dorje” y “poseedor del Rayo”, ya que se atribuye a este artefacto el poder de dominar el fuego. Aparte el bastón original, existen numerosas réplicas hechas en plata.

Andrew Thomas, en su libro Shambala, refiere que durante un tiempo vivió en una ciudad en la que se decía que otro Dorje había caído también del cielo. Se llama Dordieeling, el “lugar del Dordie”. Se han visto brillantes luces parecidas a las de los tubos de neón o pequeños resplandores brotar del Dorje en manos de los grandes lamas en el curso de ceremonias sagradas o de iniciaciones. Aunque las dos bolas o botones de loto que llevan en sus extremidades sugieren los polos positivo y negativo, el Dorje no parece de naturaleza eléctrica. En la mayor parte de las lamaserías tibetanas se encuentran copias del original en plata, bronce y hierro. Thomas se pregunta: ¿no será un instrumento científico dejado por antiguos astronautas?

Un metal de dureza 500

Hasta hoy, la dureza de los minerales se establece según la escala de Mohs, que va de 1 (el talco) al 10 (el diamante). Por encima de la dureza 10 no se conoce ningún material en el planeta Tierra, salvo la vidia o diamante sintético, cuyo nivel de dureza sería 11. Pero, ¿y dentro de nuestro Sistema Solar? O mejor aún, ¿y fuera de nuestra galaxia?… Al parecer, sí.

Según el lingüista norteamericano Robert K. Temple, autor de El misterio de Sirio: “Al cabo de siete años de trabajo, los resultados me han llevado a demostrar que la información que poseen los dogones tiene realmente más de cinco mil años de antigüedad y la poseían ya los egipcios antiguos en los tiempos predinásticos de antes del año 3.200 a.C.” Las leyendas dogón hablan de una extraña “arca de luz” que vino del cielo y de ella salieron unos seres mitad pez, mitad hombre, llamados nommos o “instructores”. Decían venir de una estrella llamada Po Tolo, transmitiendo a los humanos una serie de conocimientos astronómicos que no estaban al alcance ni siquiera de los más reputados sabios. Una de estas informaciones sería la existencia del sagala, metal un poco más brillante que el hierro y tan pesado “que todos los seres de la tierra juntos no podrían levantarlo”, según afirman las tradiciones del pueblo dogón (que hoy viven en los montes Hombori y en la meseta de Bandiagara, en la actual República de Mali). De sagala estaría compuesto la estrella “Po Tolo” (conocida por la astronomía oficial como Sirio B, una enana blanca extraordinariamente pesada), compañera de Sirio A.

 
 

 

Dogones con sus tipicas máscaras.

 
 

 

El antropólogo francés Marcel Griaule

Según la información recogida por el antropólogo francés Marcel Griaule, sus informes verbales contaban que en ese sistema estelar había una estrella de gran magnitud llamada Digitaria (Sirio A) y que Po Tolo rotaba al rededor de Digitaria en un tiempo de 50 años. También decían que una simple cucharada de la estrella Po Tolo pesaba más que todo nuestro planeta. Los dogón conocían exactamente el sistema estelar binario de Sirio, cuando este se descubrió por primera vez en el año 1824 y se pudo observar en 1864 con un telescopio. Por otro lado, en 1972, se comprobó que en efecto, la estrella Sirio B, tiene un periodo de 50 años alrededor de Sirio A. Y para mayor asombro se pudo analizar, mediante un sistema espectral, la densidad que tendría la estrella Sirio B, dando casualmente una “dureza 500″.

Por tanto, sería un material de dureza 500 (en una hipotética escala de Mohs que llegara hasta esta magnitud) que pudo servir, según algunos modernos y atrevidos investigadores, para tallar y pulir piedras como el coridón (dureza 9), la diorita o la andesita en el antiguo Egipto. Para el físico argentino José Álvarez López, el análisis del torno con que los antiguos egipcios tallaban la diorita confirma la necesidad de una punta de diamante y de un avance de la herramienta por engranajes. Esto trae como consecuencia, según él, que debieron tener tornos impulsados por motores eléctricos y que los taladros para piedras, para alcanzar su grado de penetración, deberían tener una dureza muy superior a 10.

El Shamir

¿Esta tecnología existió alguna vez, desapareció de repente o pudieron tenerla otras culturas? Ardua cuestión. Al parecer -y sólo al parecer- una máquina similar la poseyeron los judíos de la época de Salomón (siglo X a.C.). Pruebas no hay ninguna, normal, aunque sí leyendas que aseguran que este rey obligó al demonio Asmodeo a trabajar en la edificación del Templo y lo terminó sin usar nunca martillos ni otros instrumentos de hierro, “utilizando tan sólo cierta piedra que cortaba las otras piedras como el diamante el vidrio”.

 
 

Templo de Salomón.

 

Curioso comentario que nos deja in albis, a no ser que…

Si consultamos en las fuentes talmúdicas-midrásicas se puede leer que Moisés había dicho a los israelitas que no “utilizasen ninguna herramienta de hierro en la construcción de lugares santos” (El Deuteronomio, 27-5 dice: Alzarás allí un altar a Yavé, un altar de piedras que no hayan sido trabajadas por el hierro). Salomón ordenó que no se usaran mazos, hachas o cinceles para cortar o labrar los grandes bloques de piedra con que fueron construidos los muros exteriores y el patio del Templo. En lugar de ello, proporcionó a los albañiles un útil que databa de la época de Moisés. Se conocía a esta herramienta con el nombre de Shamir y podía cortar los materiales más duros sin fricción ni calor.

El Shamir también era llamado “la piedra que parte rocas”. Louis Ginzberg, en “The legens of the Jews”, (1909) escribe:

No puede ser guardado en una vasija de hierro ni de ningún otro metal: haría pedazos un receptáculo así. Se conserva envuelto en un paño de lana, colocado a su vez en una cesta de plomo llena de salvado de cebada… Con la destrucción del templo, el Shamir desapareció.

El Shamir también tenía la “notable propiedad de cortar los diamantes más duros” y además no hacía el menor ruido mientras era utilizado. No sólo estamos hablando de tecnologías avanzadas, sino de extraños materiales con los que debieron fabricar estos instrumentos, cuya dureza era muy superior al diamante.

Las tradiciones masónicas aseguran que las dos columnas principales del Templo de Salomón, llamadas Jaquin y Boaz, estaban huecas y dentro de ellas se guardaron antiguos documentos referentes al pasado del pueblo judío, así como el secreto del Shamir mágico y la historia de sus fabulosas propiedades. Su búsqueda y captura sería tan importante y trascendental como encontrar el Arca de la Alianza o la Mesa de Salomón, tres artefactos tecnológicos que, por cierto, proceden de la misma época.

Lo que dejan las naves extraterrestres

Cuando se habla de esta clase de extraños materiales, a algunos investigadores les viene a la cabeza la idea de que tal vez no provengan de la Tierra.

Abbiate Guazzone es un arrabal de la pequeña ciudad de Tradate, a unos kilómetros de Varese (Lombardía), que en abril de 1950 fue escenario de uno de los fenómenos ufológicos más célebres ocurridos en Italia. El caso reviste un interés considerable puesto que presenta la rara característica de haber dejado unas pruebas tangibles: los fragmentos de un metal misterioso. En aquella época, el testigo del OVNI y sus tripulantes, el obrero Bruno Facchini, había remitido uno de los fragmentos al comandante Renato Vesco, que había ido a verlo para hacer unas preguntas sobre el fenómeno sin obtener ninguna respuesta. Remitió otros fragmentos a un instituto de investigaciones para el estudio de los metales en Novara (Piamonte) y sólo le dijeron que se trataba de un metal antifricción. El metal en cuestión tiene la apariencia del hierro corriente, pero es inoxidable, no magnetizable y mal conductor del calor.

Sello conmemorativo de la explosión de Tunguska de 1.908, donde aparece Leonid Kulik, el primer cinetífico que investigó el extraño suceso.

No fue hasta el año 1.927, que la Academia de Ciencias de Rusia envió una expedición al mando de Leonid Kulik, secretario del Comité Investigador de Meteoritos, a petición del propio Kulik, dado el total y absoluto desinterés que el gobierno de Rusia mostró por el suceso, quien con un rudimentario equipo de investigación partió a la zona del siniestro.

Tanto en el 2008 como en el 2009 aparecen noticias en la prensa relacionadas con el doctor Yuri Labvin, presidente de la fundación estatal siberiana “Fenómeno Espacial Tunguska” que intenta dar una explicación a lo que ocurrió el 30 de junio de 1908. Ha dicho más de una vez que los extraterrestres salvaron en aquella ocasión a los humanos al asegurar que un ovni kamikaze se estrelló deliberadamente contra un meteorito o cometa para evitar que éste impactara contra la Tierra. Aún así, la catástrofe fue considerable (arrasó unos 2.200 kilómetros cuadrados de la taiga siberiana), pero mucho menor de lo que se avecinaba. Labvin ofrece como prueba diez cristales de cuarzo con unas cavidades que encajan y hacen que se puedan conectar unos con otros formando una especie de cadena, con extraños grabados e inscripciones, hallados todos ellos durante una expedición cerca del poblado de Vanavara, a 65 kilómetros de donde se produjo la explosión.

Para Labvin, no existe una tecnología que pueda imprimir o grabar tales dibujos en un cristal así, y dice también haber encontrado silicato de hierro:“que no puede ser producido en ningún lugar, excepto en el espacio”. Para él no hay duda de que serían restos de la nave extraterrestre que se autoinmoló contra el cometa.

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« UN ÉTRANGER APPELÉ YAHWEH »




MÉTAUX ET MINÉRAUX PROVENANT D'AUTRES MONDES

 

4 Septembre 2010 par maestroviejo



Il est difficile de retracer les restes qui existent dans le pays des métaux soi-disant venant d'autres régions sans terre ou dont la composition chimique n'est pas déterminée par les scientifiques. Et c'est difficile parce qu'ils sont peu nombreux et ils sont teints de légendes. Mais, aussi surprenant que cela puisse paraître, il existe des témoignages matériels qui parfois nous laissent perplexe, si nous nous référons au passé ou au présent. Et ne parlez pas sur la « pierre de Mars » Alberto Sanmartín trouvée en 1954 dans la cité universitaire de Madrid et le journal El Alcázar intitulé comme: « Les Martiens ont placé sa première pierre à Madrid ». Il y a des matériaux, des minerais, des substances et des métaux de quelles études ont été faites et dont le rapport a déterminé qu'il y a quelque chose de rare dans sa structure interne.



« La pierre de Mars ».

 

Atlante oricalco

 

Un de ces métaux est atlante oricalco. La mauvaise, c'est que les échantillons ne sont pas nous. La référence plus complète pour Atlantis qui existe dans l'antiquité apparaît recueillie dans les dialogues Timée et Critias de Platon, sous la forme d'une série d'événements reliés à l'athénien Solon par des prêtres grecs des ISC. Dans le deuxième dialogue, Critias ou l'Atlantide, est une allusion à un matériau qui a disparu complètement, l'oricalco, d'où nous pouvons tirer deux conclusions : il n'est pas or et qui a été extraite à l'île mythique. Il lit textuellement dans le Critias qui : ont été extraites de la terre à différents endroits de l'île ; C'est, après l'or, le plus précieux des métaux qui existaient à ce moment-là.

 

Toutes les œuvres de la légendaire Atlantide (les ponts, les palais, les pièces de monnaie) ont été construits avec des matériaux exclusifs de l'île. Principalement utilisé les pierres du blanc, noir et rouge. Ils couverts cast Tin l'intérieur boîtier mural et qui entouraient l'Acropole même : couverts en oricalco, avoir des réflexes d'incendie. L'intérieur du même sanctuaire de Poséidon a été repris avec Ivoire et ornée dans toutes les pièces d'or, d'argent et le métal étrange. « Tout le reste, murs, colonnes et le plancher, décoraient avec oricalco ».
Orichalque : Le métal le plus précieux pour les Atlantes

 

N'importe quel morceau a été trouvé avec ce matériel ? Si l'on en croit l'incroyable Paul Schliemann, petit-fils du découvreur de Troie, son grand-père a trouvé des pièces authentiques d'oricalco à laquelle il est soumis à un examen des produits chimique et microscopique. Il a écrit un article intitulé « Comment j'ai découvert l'Atlantide, source de toute civilisation » dans lequel il décrit aurait hérité objets du grand-père, comme une amphore avec Owl ' s head, quelques documents et oricalco carré de pièces de monnaie. Métal inconnu était composé du platine, aluminium et cuivre, alliage pas trouvé parmi les reliques du passé. Inutile de dire que l'amphore et les pièces de monnaie ont été jamais montrés aux archéologues et pas au public. Tous un pousseur.

 

Mais il y a une probabilité plus actuelle et avec les mêmes de l'ancien. Robert Charroux est qui nous dit, dans le livre des propriétaires du monde (1967), qui a rencontré un archéologue - Christos Mavrothalassitis - qui a avoué ont trouvé oricalquicas pièces de monnaie sur l'île de Djerba (Tunisie), en 1947. Il a découvert des tombes avec des objets de poterie et « blancs inconnus métalliques pièces » qui, selon lui, appartenaient à un atlante nécropole en Tripolitaine. Ces pièces uniques et en acier inoxydable sont des documents historiques enregistrées authentiques qui, selon Mavrothalassitis, représentent des scènes de la vie des atlantes. Ils verront les photos de chevaux, brides et... identique à nos artefacts de fusées de l'espace ! Trop beau pour être vrai. Actuellement, il dit qu'ils sont gardés dans une banque de Marseille. Savoir.

 

Pièce de monnaie en métal présumé Oricalco

 

Pierres qui émettent de la lumière

 

En ce qui concerne cette inconnue minéralogie doit aussi placer des pierres qui, selon la tradition et certains navigateurs, disent avoir vu émettant une lumière intense de vivace. Sur le trajet qui fait Apollonius de Tiana dans la région de transhimalayica au 1er siècle après J.-C., lui et son guide Damis admiraient wells qui a projeté un rayons de lumière bleuâtre brillant, ainsi que les roches phosphorescents qui a rayonnement une clarté telle « ce jour-là de troc de nuit ». Pierres semblables, considérée comme miraculeuse et d'autres mondes ont été vus au Tibet par le père Huc au XIXe siècle et décrit dans ses souvenirs d'un voyage par les chinois.

Le grec Luciano (120-180 après J.-c.) mentionne des merveilles admirées par lui au cours d'un voyage à Hiérapolis, dans le nord de la Syrie. Il lui montra un bijoux serti dans une tête d'or de la déesse Héra qui « il émanait une grande lumière » et tellement impressionné qu'il devrait être celle, non sans quelque exagération, il écrivit: « le temple brillait comme si elle avait été illuminé par une multitude de bougies ». Il a insisté, les prêtres a refusé de révéler le secret de ce prodige.

Les mystères du Temple de Hadad ou Jupiter dans Baabelk sont liées à ces mystérieux bloodstones. L'existence de tels matériaux qui a fourni, dans l'antiquité, que la lumière dans les heures de nuit ne peut pas être mises en doute par ayant été décrit par de nombreux auteurs classiques. Ils seraient peut-être liées au mythique "lampes perpétuelles « qui illuminé différents temples égyptiens, Romains et tibétain des années sans consommer.

Les habitants des îles du détroit de Torres (Vanuatu, Nouvelles-Hébrides), dans l'océan Pacifique, a déclaré détenteurs de buia, ou hors des pierres rondes qui a projeté une lumière pénétrante d'où coulait une lumière bleu-vert qui ne surprendrait pas les conquérants blancs. Maintenant, pour surprendre tel que rapporté par des marchands de Nouvelle-Guinée a découvert une vallée dans la forêt, à côté du Mont Wilhelmina, peuplé de femmes Amazon dans le milieu du XXe siècle. Avec grande surprise, ils virent qu'une grosses pierres rondes, avec un diamètre de 3,5 mètres, placés sur les colonnes que radiaban une semblable à la lumière des néons.

Cojean

J'ai fait référence à Apollonius et son voyage en Extrême-Orient, bien que nous n'avons pas à revenir en arrière jusqu'à maintenant les dates pour trouver des expériences similaires, même au XXe siècle. Nicolás Roerich s'est également rendu au Tibet il voit éclats et colonnes de lumière dans le milieu de la nuit. Quand on lui demande ce qui a été, quelques lamas a déclaré qu'il était « légers rayons émis Shambhala tour » et qu'il lui a dit qu'elle provenaient d'une pierre placée dans la tour qui scintillait comme le diamant. En Sanskrit, il porte le nom de coline.

Au Tibet, ils pensent que sous le règne de Tho-tho ri, en 331 ad, tomba du ciel un coffre dans lequel quatre sacré objets, parmi lesquels ont cette pierre magnifique. Ils ont assuré les Roerich qui vient de la matière qui compose d'une autre planète, une de laquelle orbite dans la boîte supérieure, probablement de constellation étoile syrienne. La plupart de la pierre serait conservé dans le tour de Shambhala, tandis que de petits fragments de celui-ci ont été distribuées à certains points de la planète. La tradition occulte d'Asie nous dit que de nombreux rois et chefs possédaient la pierre magique dans les temps historiques : Tazlavu, empereur de l'Atlantide, Akbar, dans l'Inde et Salomon, en Judée, sont cités dans la liste des propriétaires temporaires de Boulder exceptionnelle.

Le sceptre qui est tombé du ciel

Parfois, il faut regarder à certains symboles de la tradition religieuse, parce que leur histoire est titulaire d'une énigme. Les livres de Tibet bouddhiste expliquent que l'un de leurs symboles plus aimés et les plus emblématiques, le Dordie ou Dorje (« bâton ou baguette du futur »), laissé tomber miraculeusement du ciel sur Lhassa, près du monastère de sérums. Ce sceptre, aspect métallique, est sous la garde du Dalaï Lama, qui a le titre de « Transporteur Dorje » et « le gardien de la foudre », depuis le pouvoir de dominer que le feu est attribué à cet appareil. Morceaux de canne l'original, il existe de nombreuses répliques en argent.

Andrew Thomas, dans son livre de Shambhala, signifie que pour une fois qu'il a vécu dans une ville où il a été dit que les autre Dorje avait également abandonné le le ciel. Appelé Dordieeling, le « lieu de la Dordie ». Les lumières brillantes comme tubes néons ont été ou pousse de petits éclats du Dordjé dans les mains des grands lamas au cours de cérémonies sacrées et des initiations. Bien que les deux boules ou boutons de Lotus dans leurs membres suggèrent les pôles positifs et négatifs, le Dorje n'apparaît pas électrique dans la nature. Dans la plupart des lamaseries tibétaines, copies de l'original sont argent, laiton et fer. Thomas se demande : pourrait être un instrument scientifique laissé par les anciens astronautes ?

Un métal force 500

Jusqu'à aujourd'hui, la dureté des minéraux est définie selon l'échelle de Mohs, qui varie de 1 (TALC) à 10 (diamant). Au-dessus de 10 dureté ne connaît pas n'importe quel matériel sur terre, sauf le vidia ou diamant synthétique, dont le niveau de dureté serait 11. Mais et au sein de notre système solaire ? Ou mieux encore et en dehors de notre galaxie?... Apparemment, oui.

Selon le linguiste américain Robert K. Temple, auteur du mystère de syrienne: "après sept ans de travail, les résultats m'ont amené à démontrer que les informations dont disposent les Dogon a vraiment plus de cinq mille ans et les anciens Egyptiens il possédaient déjà à 3 200 BC prédynastiques avant les temps" Les légendes de Dogon parlent d'un étrange « l'arche de lumière » qui est venu du ciel, et il est sorti moitié poisson d'êtres humains, moitié homme, appelé nommos « instructeurs ». Ils ont dit à venir d'une étoile appelée Po Tolo, transmettant à l'homme une série de connaissances astronomiques qui n'étaient pas disponible même aux savants plus réputés. Un de ces informations serait l'existence de Salvan, un peu plus lumineux que le métal fer et si lourd « que tous les êtres du pas ensemble terre pourraient lever », selon les traditions du peuple dogon (qui vivre aujourd'hui dans les monts Hombori et le plateau de Bandiagara, dans l'actuelle République du Mali). Star « Po Tolo"(appelés par l'astronomie officiel de Sirius B, une naine blanche de très lourds), compagnon de Sirius A se composerait de Salvan.
Dogon avec leurs masques typiques.
L'ethnologue français Marcel Griaule

Selon les informations recueillies par l'ethnologue français Marcel Griaule, leurs rapports verbaux étaient que ce système stellaire était une étoile de grande envergure appelé Digitaria (Sirius A) et Po Tolo tourné autour de la centrale magnifique de Digitaria dans 50 ans. Ils ont également dit qu'une simple boule de Star Po Tolo pesait plus que notre planète entière. Les Dogons savaient exactement le système d'étoile binaire SIRIUS, lorsqu'il a été découvert pour la première fois en 1824 et a été observée en 1864 avec un télescope. En revanche, en 1972, il a été constaté qu'en effet, l'étoile Sirius B, dispose d'un délai de 50 ans autour de SIRIUS A. Et le plus grand étonnement est pu analyser, à l'aide d'un ensemble spectral, la densité qui aurait l'étoile Sirius B, négligemment donnant une « droite de dureté.

Serait donc un matériau de dureté 500 (dans une échelle de Mohs hypothétique qui atteignent cette ampleur) qui pourraient servir, selon certains chercheurs modernes et audacieuses, des pierres polies et découpant comme coridon (dureté 9), diorite ou andésite dans l'Egypte ancienne. Pour le physicien argentin José Álvarez López, analyse du tour avec laquelle les anciens Egyptiens sculpté diorite confirme la nécessité d'une pointe de diamant et un aperçu de l'outil par des engrenages. Ceci amène en conséquence, selon lui, ce qui pourrait avoir des tours, entraînés par des moteurs électriques et forets pour Pierre, pour atteindre son niveau de pénétration, doivent avoir une dureté très supérieure à 10.

Le Shamir

Cette technologie existait déjà, disparu soudainement ou ils auraient pu lui autres cultures ? Question difficile. Apparemment - et seulement apparemment - les Juifs du temps de Salomon (10ème siècle avant J.c.) possédaient une machine similaire. Preuve il n'y a aucun normal, bien qu'oui les légendes qui disent que ce roi forcé du démon Asmodée pour travailler à la construction du temple et l'acheva sans jamais utiliser des marteaux ou autres instruments de fer, « à l'aide de seulement quelques pierres couper d'autres pierres comme le diamant verre ».
Temple de Salomon.
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Commentaire de curieux qui nous laisse à albis, à moins que...

Si nous consultons les sources talmudiques-midrasicas vous pouvez lire que Moïse dit aux Israélites qui non « utiliser n'importe quel outil de fer dans la construction des lieux saints » (le Deutéronome 27-5 dit : tiens là un autel à l'Éternel, un autel de pierres qui n'ont pas été travaillé pour fer). Salomon ordonna que les maillets, les axes et les ciseaux ne servir ne pas pour coupe ou mise en plis grands blocs de pierre qui ont été construits les murs extérieurs et la Cour du temple. Au lieu de cela, il a fourni les francs-maçons un utile qui remonte à l'époque de Moïse. Cet outil avec le nom de Shamir était connu et pourrait couper des matériaux durs sans friction ou de la chaleur.

Le Shamir était aussi appelée « pierre fendre les rochers ». Louis Ginzberg, dans « La ballsy des Juifs », (1909) écrit :

Il ne peut pas être conservé dans un pot de fer ou tout autre métal : un récipient ferait pour les pièces ainsi. Gardé enveloppé dans un drap, placé à son tour dans un panier de plomb de sons... Avec la destruction du temple, le Shamir a disparu.

Le Shamir aussi avait « remarquable propriété coupe les diamants plus difficiles » et également n'a pas fait moins de bruit alors qu'il a été utilisé. Nous ne parlons pas seulement de technologies, mais le matériau inhabituel qui devrait rendre ces instruments, dont la dureté est beaucoup plus élevée que le diamant.


Traditions maçonniques disent que les deux colonnes principales du temple de Salomon, appelé Jakin et Boaz, étaient creux et documents anciens concernant le passé du peuple juif, ainsi que le secret de la magique Shamir et l'histoire de ses fabuleuses propriétés ont été conservés en leur sein. Leur perquisition et saisie serait si importante et mémorable que de trouver l'Arche d'Alliance ou de la table de Salomon, trois dispositifs technologiques qui, d'ailleurs, viennent de la même époque.

Laissant le vaisseau alien
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Quand vous parlez de ce genre de matériaux étranges, l'idée que peut-être ne provient pas de la terre vient à certains chercheurs à la tête.

Abbiate Guazzone est un quartier de la petite ville de Tradate, à quelques kilomètres de Varèse (Lombardie), qui a été le théâtre de l'un de l'ufologicos plus célèbre en Italie en avril 1950. Le cas est d'un intérêt considérable car qui a la particularité rare d'avoir laissé une preuve tangible : fragments d'un métal mystérieux. A cette époque, le témoignage de l'OVNI et ses membres d'équipage, le travailleur Bruno Facchini, avait envoyé un des fragments de commandant Renato Vesco, qui était allé pour le voir pour vous poser quelques questions sur le phénomène sans obtenir de réponse. Il a visé d'autres fragments d'un Institut de recherche pour l'étude des métaux à Novare (Piémont) et dit seulement il était une métal antifriction. Le métal en question ressemble le fer en cours d'exécution, mais il est en acier inoxydable, non magnétisables et mauvais conducteur de chaleur.

Timbre commémoratif de l'explosion de Tunguska en 1908, où il apparaît Leonid Kulik, le premier calcul scientifique qui a enquêté sur l'étrange événement.

Ce n'est que l'année 1927, l'Académie des Sciences de Russie envoya une expédition sous le commandement de Leonid Kulik, Secrétaire de l'enquêteur de la Commission de météorites, à la demande de la propre Kulik, compte tenu de l'absence totale et absolue de l'intérêt que le gouvernement russe a montré par cet incident, qui, avec une équipe décousue de la recherche, est allé à la zone de l'accident.

Le 2008 et 2009 sont nouvelles dans la presse au sujet de Dr. Yuri Labvin, Président de la Fondation État sibérien « phénomène spatial Tunguska » qui tente de donner une explication à ce qui s'est passé le 30 juin 1908. Il a dit plus d'une fois les étrangers enregistrés à cette occasion aux humains en veillant à ce qu'un kamikaze UFO écrasé délibérément une météorite ou une comète afin que cela aura un impact contre la terre. Pourtant, la catastrophe était considérable (environ 2 200 kilomètres carrés de la taïga sibérienne a balayé), mais bien en deçà de ce qui allait arriver. Labvin propose comme preuve dix cristaux de quartz avec cavités qui font qu'ils peuvent se connecter entre eux et s'adapter pour former une sorte de chaîne, avec d'étranges gravures et inscriptions, tous eux trouvées lors d'une expédition près de la ville de Vanavara, à 65 kilomètres d'où l'explosion s'est produite.
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Pour Labvin, il n'y a aucune technologie qui peut imprimer ou enregistrer ces dessins dans un verre aussi bien et dit n'ont également trouvé des silicates de fer: « qui ne peut pas être produit n'importe où, sauf dans l'espace ". Pour lui il n'y a aucun doute que serait les restes de l'étranger navire duquel son contre la comète.
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26/09/2013
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